Casi casi he llegado. La escalera hacia la libertad se está terminando. El ascender poco a poco, y alejarme de ti, y sobretodo el dejar que mi estado de ánimo ya no dependa de ti y tus acciones.
Se me está haciendo infinita, me cansa y me desespera, pero sé que voy a llegar, estoy muy cerca, y tú ya no caminas a mi lado. Te has quedado allí, abajo, porque ha sucedido así. Quizás mejor, quizás peor, pero eso lo dejo a parte. Como tú, como yo. Dos mundos a parte, dos caminos distintos, que en su día se cruzaron y quedaron nuestras huellas marcadas.
PD: Seguiré ascendiendo mi escalera, intentando no caerme.
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