Atrapada.
Es cómo si no pudiera salir, cómo si estuviera en un pozo de eses en los que la luz está tan lejos que es casi inalcanzable a la vista. ¿Qué pasa si no quiero salir? ¿Qué pasa si prefiero quedarme ahí si sé que tú no vas a estar al otro lado? Llámame tonta.
Ni si quiera entiendo lo que ha pasado, o no lo quiero entender, a veces es mejor vivir en la ignorancia, cómo haces tú. Quizás no te merezca, o viceversa. Quizás he echo lo que he querido, he jugado con fuego y me he quemado. Y tanto. Pero lo que está claro es que esas heridas cicatrizarán, no sé cuánto tiempo tardarán, pero por tiempo, que no sea. Me dejaré llevar.
Y saldré de ese oscuro pozo, que los rayos del sol me iluminen y me den esa fuerza que tanto necesito.
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